lunes, 5 de septiembre de 2011

Censo 2011 ¿Temores en puerta?

Foto de La Patilla: 01-Sep-11
En los últimos días un sinnúmero de noticias, comentarios y opiniones ha inundado nuestros espacios personales y familiares con el tema del Censo 2011 de Venezuela. En este link se puede verificar este documento en su totalidad: http://www.ine.gob.ve/indexine.asp#

Para ser honestos, podría decirse que hemos desparramado en internet mayores intimidades de las que entregaríamos al INE durante esta entrevista. Para el Censo expondremos la dirección, más que exacta, de nuestros domicilios y el nombre y apellido de TODAS las personas que habitan en nuestras viviendas. A Amazon, por ejemplo, le hemos revelado los número de tarjetas de crédito y a los bancos, lo que ganamos, con el fin de obtener un préstamo.

¿Cuál es el problema entonces con el Censo? Yo comenzaría por desglosar el contexto actual: Un país inundado por lluvias y damnificados (130 mil para ser exactos). Estado de emergencia en las regiones más pobladas del país y con una ley habilitante que otorga poderes absolutos al presidente; una misión vivienda que debe proveer 90 mil viviendas este año (aunque las estimaciones iniciales hablaban de 165 mil), de las cuales están listas 13 mil y restan 4 meses. Una promesa de “dar” viviendas a 2 millones de familias en 6 años (un proyecto de unos 200 millardos de dólares de los cuales se desconoce su origen). Una ley de inquilinato hecha por inquilinos y para inquilinos que se contrapone al derecho de propiedad privada; intentos persistentes de establecer la “propiedad colectiva”; elecciones en 2012 en el marco de enormes deudas políticas ¿Me quedé corto? Ah, un antecedente: La lista Tascón-Maisanta (pequeña fuga de la base de datos del CNE)

Sazonemos esta ensalada: El Censo es 100% análisis de población y vivienda como su nombre lo indica. Cuando se le consulta a Eljuri (Presidente del INE) sobre el objetivo de la encuesta dice: Tenemos que lograr un retrato completo del país que permita la planificación efectiva de las políticas públicas.

¿Tenemos temor a las preguntas? Honestamente considero que no. Creo que el temor está en la desconfianza en instituciones lideradas por personajes profundamente sesgados en lo ideológico y comprometidos con el proceso. ¿Tendrá este presidente del INE la ética suficiente para resguardar y alejar los datos de los líderes del partido y evitar así una próxima lista Tascón que pudiera crearse dado el contexto actual y en nombre de la planificación efectiva de las políticas públicas? En conclusión, no me parece haya problemas con las preguntas, sino con quien custodia los datos. 

lunes, 29 de agosto de 2011

La Inercia: Inflación Estructural (Sobre la Inflación VI)


Sí, reconozco que había anunciado sólo dos artículos más sobre la inflación, pero resultó en extremo complejo confinar tantas excusas a una tríada de párrafos. Espero que tantas palabras al respecto no deprecien su valor.
La siguiente es una excusa usada en otros países y tiempos, pero en Venezuela está comenzando a ser más mencionada; claro, es una de esas a las que el añejamiento les resalta el sabor.
La inercia. ¡Ah claro entiendo! ¡La culpa es de Newton y su primera ley! Esta excusa me hace pensar en la inflación de acuerdo a este símil: Una “Gandola” (camión de 6 ejes) que baja sin frenos por tazón (segmento de autopista en las adyacencias de Caracas cuya longitud y pendiente de 12 grados la hacen tremendamente peligrosa). Se llama a los superhéroes, dígase gabinete económico, quienes antes su falta de conocimiento y la “orden-grito” del presidente: ¡deténganme esa gandola!, comienzan a interponerse uno a uno en su camino. El primero le mete las manos y desaparece ante la mirada de los incrédulos; el presidente empuja al segundo a la ruta de la gandola, el héroe le mete el hombro y ¡BUM! desaparece; de nuevo !splash! patada presidencial al tercer ministro quien cae en la ruta y envalentonado le mete el pecho; segundos más tarde despierta en el tren delantero, eleva a mirada y ve al primer héroe adherido al primer eje y al segundo, dando vueltas en las ranuras de un caucho interno; desde allí busca sin éxito la mirada reprobatoria del presidente, quien antes de probar estas maniobras, ya había decidido lanzar los tanques Rusos contra el camión.
¿Les pareció loco? Es que definitivamente lo es. La idea de esta “inercia” hace suponer que se trata de un problema del que saldremos en años; de hecho se habla ya de que las prácticas inflacionarias son del tipo estructural. Según ellos: ¡Acostumbrémonos!
Les muestro dos ejemplos con datos del Banco Mundial. Brasil (gráfico 1). La media de inflación entre 1981-90 es 614%; entre 91-2000, es de 549%; entre 01-09, es 7%. A inicios de 1995 la inflación es 2075% y para finales del 97 es 7%; esto ocurrió en sólo 3 años. Perú (gráfico 2). La media de inflación entre 1971-80 es 32%; entre 81-90, es de 1223%; entre 91-2000, es 60%; para terminar con una media de 2% entre 01-09. A inicios de 1991 la inflación es 7482% y para finales del 93 era de 49%; dos años más tarde ya estaba por dejado del 10%.


¿Se aprecia algún efecto “inercial” en los gráficos arriba mostrados? ¿Puede la inercia explicar lo que ocurrió en estos países “vecinos”? ¿Será que esta inercia no existe en estos países? ¿Será que esta excusa no es más que otra falacia? ¿Será que los presidentes de estos países arrojaron a todos los ministros de economía al unísono para detener la gandola? y de ser así, a lo mejor el truco estuvo en que arrojaron también a parte de la población. ¿No les parece?

miércoles, 17 de agosto de 2011

La especulación (Sobre la inflación V)


Cuando se revisan las estadísticas de inflación en el mundo, se nota algo interesante: En 1989, de los 132 países con registros de inflación en el Banco Mundial, 53 (o sea un 40%) tenían inflación superior al 10%; más aún, 21, estaban sobre el 25% y con ejemplos bochornosos como los tres punteros: Perú (3399%), Argentina (3080%) y Brasil (1431%). Es difícil concebir lo que representa una inflación del 3400%, lo pongo así: un Kilo de queso fresco en Venezuela cuesta hoy Bs50; el salario mínimo es casi Bs1600; una inflación del 3400% supondría que el mismo kilo de queso a finales de año costaría Bs1700, es decir, una persona con un salario mínimo ¡No podría comprar un kilo de queso, por Dios¡
En las mismas estadísticas, para el año 2009, de 171 países con registros, tan sólo 21 (esto es 12%) tuvieron una inflación superior al 10%; con tan sólo 2 países por encima de 20%; y sí, adivinaron, Venezuela entre estos 2.
¿Alguien todavía podría dudar que se ha ganado la batalla contra la inflación en el planeta y que ese “loco suelto” del que hablaría el periodista Wladimir Vigellas en su programa de radio del 11/08/11, en efecto, está acorralado? Pero los gobiernos Venezolanos han intentando maniatar al loco de espaldas a las prácticas que han resultado efectivas para el resto del planeta. Hablo de "gobiernos" pluralmente porque tales prácticas tienen décadas en ejecución y sus fracasos son justificados con excusas necias que no se corresponden con lo que el mundo entendió años atrás.  

Les presento entonces la primera de estas infames excusas:
La especulación. ¡Ah claro entiendo! La tercerización de la culpa. Esta es la excusa más popular y diseminada en el país; la más refulgente y cegadora. Personalmente conozco a mucha gente inteligente que considera esta excusa como "hecho de facto" y así acompañan al gobierno en su cruzada contra el "flagelo"; muy efectiva ha resultado la maquinaria propagandística de los gobiernos en este particular, lo cual les ha permitido hacerse con el poder necesario para controlar los precios; recientemente hemos alcanzado el clímax con la "Ley de Costos y Precios Justos"
Es oportuno entonces invitar a mi buen amigo introducido en el artículo anterior: el gráfico de inflación en 5 países Latino-americanos (click para ampliar).

Puntos a resaltar: Brasil pasa de 67% a 7% en dos años, con un repunte en 2003, primer año de Lula en la presidencia; ¿Casualidad? Ecuador, con inflación galopante a finales de los 90’s, llega al 100% en 2000 para luego caer a 10% en tan sólo 2 años. México, con 33% en el 95, cae por debajo de los 10 puntos porcentuales para el 2000 y no ha superar este límite desde entonces.
Pues bien, espero que coincidamos en que la materia prima de toda especulación es, sin duda, el especulador; el infame apátrida. Entonces cabría preguntarse, ¿qué hicieron estos países y el resto de los países del planeta con sus especuladores? ¿Maniatados y arrojados al mar? ¿Fusilados, mutilados y encendidos en llama? me parece que nada de esto ocurrió. Pues bien, sino fueron aniquilados, entonces no me quedan más dudas al respecto, por deducción al absurdo, ya sabemos a dónde llegaron estos sinvergüenzas... En cuyo caso, el problema de la inflación de Venezuela no debería ser resuelto por el gabinete económico, sino por la SAIME (Servicio Adiministrativo de Identificación, Migración y Extranjería) ¿No les parece?

domingo, 31 de julio de 2011

Sobre Inflación (Parte IV)


Inicio este artículo mencionando la otra variable importante que “normalmente” protagoniza las tensiones inflacionarias; esta es la producción. Dentro de la teoría monetaria de la inflación se considera transcendente la relación que existe entre la cantidad de monedas que se añade a la economía y el incremento de la producción.  En el esquema del artículo anterior había incluido la frase “devalúa la moneda”; esto ocurre cuando el dinero crece significativamente más que la economía misma; es decir, que el producto o la producción. 
Esto profundiza y da carácter multidimensional a la variable “devaluación”, conocida también como depreciación, en cuanto a aspecto del equilibrio económico; y que permite, medir el desempeño de las políticas económicas. Esto es verdaderamente importante: la devaluación recurrente se deriva directamente de las políticas económicas del gobierno y del Banco Central; así, una devaluación sostenida puede significar que el gobierno está o ha estado, irresponsablemente, arropándose más allá de donde le llega la cobija.
¿Y cuál es la consecuencia de esta devaluación o depreciación? Pues ajuste de precios. ¿Sería tal ajuste una tremenda injusticia especulativa? El asunto es que dicho ajuste no es otra cosa que un derivado de la quintaesencia  económica: El intercambio. En otras palabras no estamos aislados, la estructura económica debe garantizar inventarios, producción e ingresos estables y mínimos; esto se logra manteniendo una capacidad de intercambio relativamente estable. Si necesito 100 metros de cuero para hacer 100 pares de zapatos, los necesito; la depreciación y las regulaciones no van a cambiar este hecho. Si la moneda se deprecia y no ajusto ¿Cómo garantizo la producción? Sobre todo cuando los insumos son importados.
Mas la de arriba, es sólo la explicación de la teoría monetaria que el resto de los países del planeta han usado con relativo éxito para controlar la inflación. ¿Cuáles son, sin embargo, las excusas de los gobiernos Venezolanos para explicar una de las inflaciones más altas del mundo?
Los dejo con este gráfico que retomaré en el próximo artículo. Se trata de la Inflación en cuatro países Latin-americanos, Fuente: Bases de Datos del Banco Mundial. Eje Horizontal: Año; Eje Vertical: Inflación (%) (Doble click para ampliar).


martes, 5 de julio de 2011

Sobre Inflación (Parte III)


Recientemente un buen amigo me preguntaba si este blog estaba relacionado con “temas económicos”; mi respuesta fue uno de esos rotundos y prolongados ¡No! Este blog aborda los temas de la Libertad, Responsabilidad e Independencia Individual. En particular he considerado relevante el tema de la inflación, pues ella representa un terrible atentando contra esa independencia individual. El asunto es de tal gravedad que algunos especialista consideran que sus estragos abrieron los espacios al Nacionalsocialismo en la Alemania de los años 20. Thomas Mann afirmó con elocuencia en un discurso que dio en Princeton, (USA) en 1942: “Una línea directa va desde la locura de la inflación Alemana a la locura del tercer Reich”. 
Hoy es harto conocido que el fenómeno inflacionario erosiona y debilita esa independencia interna que cada quien requiere para y trabajar por sus visiones y metas. Nos aleja de tal manera de la satisfacción de las necesidades primarias, secundarias, y de cualquier otro ordinal, que desesperados nos lleva a creer con firmeza que sólo la benevolencia del gobierno nos puede conducir a la felicidad; en otras palabras: ella nos hace profundamente dependientes del gobierno. En el caso venezolano, esta dependencia adquiere nombres muy puntuales: Ley de Política Habitacional, Mercal, PDVAL, controles de precio, INDEPABIS, entre otros (con CADIVI incluido); las cuales forman parte integral de la oferta de protección del gobierno central contra la inflación. 
Toda esta parafernalia intervencionista irradia dos señales muy concretas desde los gobiernos: 1) El culpable de la inflación es un tercero al que debemos controlar y castigar; 2) No te preocupes yo estoy acá para salvarte.
Estas dos señales temerarias emanan de los gobiernos debido a una evasión testaruda de su responsabilidad sobre el origen de la inflación; mas una mirada objetiva a los casos de Roma, China y Austria de los artículos anteriores, nos ayuda a rastrear el problema hasta su origen: El Desorden y los excesos del gobierno en materia fiscal.
El flujo nefasto de la inflación sería algo parecido a esto:

Este gráfico, bastante naive y osado de mi puño y letra, intenta mostrar de manera reducida lo que se ha denominado Teoría monetaria de la inflación; de la cual se deriva el clamor mundial por la autonomía e independencia de los Bancos Centrales, responsables a su vez del control de la base monetaria o cantidad de monedas en circulación.
Milton Friedman, defensor de la teoría, la resumía de la siguiente manera: Inflation is always and everywhere a monetary phenomenon (La inflación es siempre y en todo lugar un fenómeno monetario).
Ahora bien, ¿Si la teoría se conoce desde hace décadas por qué Venezuela sigue a la cabeza de la inflación mundial? En los próximos dos artículos les propongo revisar las excusas del gobierno venezolano y contrastarlas con la experiencia de otras naciones. 

sábado, 9 de abril de 2011

Sobre Inflación (Parte II)


la técnica de imprimir imágenes y caracteres sobre papel era conocida en Oriente y Occidente antes de la llegada de la imprenta de tipos móviles de Gutenberg (siglo XV). De hecho en China esta técnica ya era practicada desde el siglo VIII. Además de los textos sagrados, archivos históricos y anales que se imprimieron durante siglos, Marco Polo encontró en su visita a China en el siglo XIII, un papel impreso que era usado como “moneda oficial”, del cual afirmaba: “un papel que vale diez besantes no pesa ni uno” (Boorstin, 2000, p.483); y también agregó: “El Kan (refiriéndose al emperador Kublai Kan) ha hecho tal cantidad de este dinero que podría comprar todos los tesoros del mundo” (p.483).

En el libro “Los Descubridores”, Daniel Boorstin (2000) señalaba extractos de las narraciones históricas de Ma Tuan-lin (siglo XIII; repito... siglo XIII) quien decía refiriéndose al papel moneda:

La gente ya no les tenía ninguna confianza y hasta los temían. El pago de las compras del gobierno se hacía en papel. Los fondos de las factorías de sal eran en papel. Los sueldos de todos los funcionarios se pagaban con papel. Los soldados recibían su paga en papel. De las provincias y distritos que estaban endeudados no había ninguno que no pagara en papel... Así, era natural que el precio de los productos subiera mientras el valor del papel disminuía cada vez más. Ello hacía que la gente descorazonada, perdiera los ánimos. Los soldados estaban continuamente excitados por miedo de no tener qué comer y los funcionarios inferiores de todas las zonas del imperio se quejaban de que no tenían suficiente para cubrir sus necesidades básicas. Todo ello era consecuencia de la depreciación del papel moneda (p.484)

El propio Boorstin agrega:

Las extravagancias del gobernante mongol Giajatu Kan, entre 1291 y 1295, agotaron el erario, situación que trató de remediar emitiendo papel moneda. Cada uno de los billetes, impresos en chino y árabe en 1294 mediante grabado de madera, llevaba la fecha de la era musulmana... y la op
timista predicción de que “la pobreza desaparecerá, los alimentos se abaratarán y los ricos y los pobres serán iguales”. Pero el encantamiento no funcionó. Al cabo de unos pocos días de uso obligatorio del papel el comercio se interrumpió, los mercados se cerraron y el delegado para asuntos financieros de Kan fue asesinado (p. 484-485)

La Romana y la China, una misma historia en tiempo, espacio y culturas absolutamente diferentes. Desde el excesos de gasto público hasta la creación de más moneda (o inflación) y de allí a su consiguiente devaluación. Estas anécdotas monetarias que resultan tan familiares a nuestro entender y con consecuencias tan contemporáneas, ocurrieron a pesar de que el Keynesianismo, neoliberalismo, comunismo, capitalismo y muchas otras teorías económicas yacerían inertes en espera del transcurrir varios siglos más. Ellas también permiten ilustrar que pese a las muchas y rebuscadas explicaciones que tantos dedican a la inflación, tema de especial envergadura en el entorno macroeconómico y por ende, político, su origen primario es simple: Apoyar el desorden del gasto público con emisión o impresión de moneda. ¿Hay matices que atizan la inflación? Sí los hay y en la Venezuela contemporánea son varios; mas el desorden fiscal sigue siendo la base de este trago amargo.

Cierro esta segunda parte y dejo abierta la puerta de la tercera, con esta anécdota extraída de La revista La Ilustración Liberar (¡Párelos!, Fernando Diaz Villanueva, num 24, 2005):

Cuentan que, durante la gran inflación de los años 20, las autoridades económicas de Austria pidieron ayuda al economista Ludwig von Mises para poner freno a una situación que ya se les había ido de las manos. Mises, cuyas recetas para el buen gobierno económico habían sido repetidamente ignoradas, se mostró dispuesto a colaborar y citó al ministro de Finanzas a altas horas de la madrugada junto a los muros del Banco Nacional. El ministro se quedó atónito, pero, dada la desesperación en
que se encontraba, aceptó la extravagante invitación. A la hora convenida el profesor Mises se presentó solo y preguntó a sus interlocutores:

– ¿Qué es ese ruido tan persistente que se oye desde aquí?
A lo que el director del Banco Nacional replicó:
– Son las máquinas del banco acuñando billetes, señor Mises.
El economista se detuvo un instante y sentenció con aplomo:
– Pues bien, caballeros, si quieren ustedes poner coto a la crisis económica que nos aflige, párenlas.

Poco después, el Banco Nacional de Austria dejó de imprimir papel moneda y, como había predicho Mises, la crisis remitió. Desde entonces, ni los austriacos ni sus hermanos alemanes han vuelto a padecer el suplicio de la superinflación. Cosas de la memoria histórica, que, cuando quiere, hace mucho por evitar que los países caigan en errores del pasado.
Ver el artículo completo en: http://www.ilustracionliberal.com/24/parelos-fernando-diaz-villanueva.html

martes, 8 de marzo de 2011

Sobre Inflación (Parte I)

Desde el año 2006 al 2009 Venezuela estuvo entre los 5 países con mayor inflación del mundo; es decir, a diferencia de los avances en esta materia en el resto del planeta, la inflación continúa siendo un lastre para nuestros ciudadanos. F.A. Von Hayek, quien recibiera el premio Nobel de Economía en 1974, "siempre veía la inflación como un demonio que corroe a la sociedad y socava a la democracia” (Texto extraído del documental “The Commanding Heights”, ver más en este link: http://www.pbs.org/wgbh/commandingheights/lo/index.html)

Pero cabe preguntarnos, ¿Cuando se piensa en la inflación, qué sobreviene a la mente? Regularmente: Incrementos de precios; pérdida de poder adquisitivo y si se es más osado, en especulación, avaricia y descontrol de mercado; frases éstas que se han venido mencionando desde hace ya varios siglos; y es que la inflación no es un asunto endémico de la modernidad; de hecho hubo presencia de sus efectos y secuelas en el Imperio Romano del siglo II DC y en la China de siglo XIII. Y lo cierto es que su historia está hermanada con la historia de la moneda.

Una definición actual de inflación es: incremento continuo y generalizado de precios. Lo interesante acá es que al dar una breve mirada a la historia de la inflación se termina por notar que ésta vendría a ser una definición basada en “consecuencias”.

Otra perspectiva de la inflación, más próximo a la cotidianidad familiar, sería: pérdida del poder adquisitivo. Aunque esta definición estaría más cerca de la idea original detrás de la inflación, seguiría siendo una consecuencia en lugar de una definición.

Cabría preguntarse, entonces ¿Cuándo hablamos de inflación qué es aquello que se infla realmente y por qué?
Encontré algunas respuestas en una historia de guerra y poder político del Imperio Romano en los albores de la era Cristiana. Para entonces los emperadores Romanos carcomidos por el afán expansionista y las constantes invasiones incrementaron en diferentes períodos sus gastos militares. Uno de los emblemáticos en esta cruzada fue Caracalla (Siglo II-III DC), quien decía: “nadie debería tener dinero excepto yo, de tal manera que pueda distribuirlo entre los soldados”. Con esto en mente, elevo el pago a militares, duplicó los impuestos e hizo ciudadanos Romanos a muchos con el fin de que hacerlos pagar impuestos, es decir, forzó el crecimiento de la base de contribuyentes (pueden ver más sobre esta historia en este link: http://mises.org/daily/3663).

Adicionalmente y en aras de mantener el gasto militar, Caracalla profundizó una medida que venían aplicando Emperadores anteriores. La moneda circulante en esa época era el Denario (origen, por cierto, de la palabra Dinero), creado en el siglo III AC por Augustus y que estaba compuesta en un 95% de plata. Este porcentaje fue disminuyendo a lo largo del tiempo hasta que Caracalla redujo su composición de plata a 50%; lo que le permitía fabricar más monedas con la misma cantidad de plata. Este penoso destino también lo sufrieron las monedas de oro; las cuales en tiempo de Augustus se acuñaban a razón de 45 por cada libra de Oro; para finalizar degradadas a 72 por libra de Oro, durante el gobierno de Constantino.

Esta “disminución” de metal precioso por moneda acuñada, permitió en contraposición incrementar la cantidad de monedas que circulaban en el imperio, es decir, esta estrategia permitió inflar la cantidad de monedas circulante. Precisamente esta inflación de monedas, vía devaluación, hacía elevar de manera ficticia la riqueza del gobierno Romano; manipulación que es conocida con el nombre de “señoreaje” (pueden ver más de esta historia en el link: http://www.elcato.org/la-inflacion-en-el-imperio-romano). De tal manera que la inflación originaria provino de la expansión de la cantidad de monedas con lo cual se pretendía cubrir el déficit del gasto militar.

Es razonable pensar que los comerciantes de la época demandaran mantener la cantidad de metal precioso percibido por el intercambio de sus productos, en virtud de lo cual los precios de los artículos aumentaron en proporción a la degradación del porcentaje de plata y oro en las monedas. Es decir, los precios en el Imperio Romano del siglo II-III subían como consecuencia de la inflación y no al revés.

Una historia similar ocurrió en la China del siglo XIII, pero prefiero dejarla para la siguiente entrega.

domingo, 13 de febrero de 2011

Señales de Totalitarismo


Permítanme iniciar este texto expresando lo siguiente: La responsabilidad es la base de la libertad; responsabilidad de la cual se deriva el respecto y reconocimiento del otro. Es por eso que la pretensión de este blog no es atacar a las personas, sino debatir sobre sus ideas y opiniones. Con este espíritu como guía, acá van los siguientes comentarios:


El totalitarismo es un precepto relativamente contemporáneo; para Leibholz, en su libro Problema Fundamental de la Democracia Moderna (1958), es “el fenómeno político por excelencia del siglo XX”.

La idea proviene de la concepción de un “Estado Total”, en el cual el Estado y Lo Público se han propuesto aplastar y/0 ridiculizar lo privado e individual. Regímenes estandartes de esta idea son el nacional-socialismo de Hitler, El Comunismo de Stalin o el Fascismo de Mussolini.

En un ensayo sobre el poder totalitario (libro: Sobre el Poder, editado por Manuel Menéndez Alzamora, 2007), Ricardo Martín de la Guardia indica: “existe (...) unanimidad al considerar que el fenómeno totalitario está provisto de una ideología oficial definida por el Partido y por el líder, quienes asaltan las instancias del Estado hasta someterlas a su única voluntad”. En este mismo ensayo se menciona el trabajo de Leonardo Morlino quien caracteriza a los sistemas totalitarios de la siguiente manera; por favor presten atención a esta parte:

  1. Ausencia de pluralismo (...) caracterizado por el papel preeminente del partido único (...) estructura burocrática y jerárquica, articulada a través de una serie compleja de organizaciones que sirven para integrar, politizar, controlar, y empujar a la participación a toda la sociedad civil (...)
  2. Presencia de una ideología articulada y definida con precisión, destinada a la legitimación y al mantenimiento del régimen, y a dar contenido a las políticas de movilización y a las mismas políticas sustantivas;
  3. Presencia de una movilización alta y continua, sostenida por la ideología y por las organizaciones partidarias y sindicales, aunque estas últimas subordinadas al partido;
  4. Un pequeño grupo o un líder en la cúpula del partido único;
  5. Límites no previsibles al poder del líder y a la amenaza de sanciones.

Contemplamos así el coctel Totalitario: Líder carismático con mucho poder, Ideología política o utopía y Movilización.

Sería un atentado democrático aglutinar, en este caso, las frases “cualquier parecido con la realidad” y “es pura coincidencia”; en tanto que representaría una legitimación por inacción. Sugeriría en todo caso la oración: cualquier parecido con la realidad, activar alarma y conciencia.

En democracia contamos con una herramienta poderosa: Capacidad de Legitimar; para ello, cuando las señales se asoman, hay que prestar atención.

Fernando Savater en su libro Política para Amador (1997) sintetiza con simpatía uno de los aspectos de este drama; dice: “Suele llamarse utopía a un orden político en el que predominaría al máximo alguno de nuestros ideales (Justicia, Igualdad, libertad (...)) pero sin (...) contrapartida dañina. Como proyecto (la utopia) es una tontería (...). En cuanto a imposición es todavía peor, como han demostrado en este siglo los totalitarismos (siempre con pretensiones utopistas): es el sueño de unos pocos que llega a convertirse en pesadilla para todos los demás”.


Enlances:

Leonardo Morlino. Las Alternativas no democráticas.

http://www.revistapostdata.com.ar/files/pd_pdf_10006.pdf

Sobre Leonardo Morlino

http://legacy.ipsa.org/site/content/view/177/95/lang,fr/

domingo, 23 de enero de 2011

Final de las primeras reflexiones (Yo no soy Yo IV)

Rescato de entre estos primeros artículos, la oración que escudriñaba: “Exijo lealtad a mi liderazgo, porque yo no soy yo, yo soy el pueblo y el pueblo se respeta” (Hugo Chavez, 23/01/10). Iniciaré esta última parte refiriéndome a la primera frase de esta oración: “Exijo lealtad a mi liderazgo...


“Exijo Lealtad” confirma sin reserva la concepción particular con la que el gobierno Venezolano concibe la relación entre el presidente y sus acólitos. La Lealtad está asociada en primera acepción con fidelidad y viceversa. Otras implicaciones como la obediencia del vasallo a su monarca; el compromiso en cualquier circunstancia por buena o mala que sea y el amor, también forman parte del círculo íntimo de la lealtad. Por supuesto, son los fieles quienes con su fe, proporcionan Lealtad o fidelidad. La conexión “exigida” entonces, no es el deseable “frágil vínculo” político entre ciudadanos y gobierno; sino la amalgama inquebrantable de la Fe; esa misma que está relacionada en primera acepción con las creencias religiosas, no con la política.


Se dice que el hombre es un ser sociable; mas en estado natural esta sociabilidad está limitadas a familias y tribus. Crear sociedades de miles y de millones ha requerido milenios del profundo ejercicio de racionalidad que dio origen a la Política la cual, por racional, “exige” un elevado nivel de objetividad. Entonces el vínculo entre ciudadanos y gobierno debería estar supeditado a la evaluación de resultados de la gestión. Es simple: “Si no cumples, te vas”.


Antes hice uso de la palabra “amalgama”, pues representa una unión de cosas diferentes; entonces la Fe religiosa resultaría una amalgama entre nuestra racionalidad y la irracionalidad que da vida a seres sobrenaturales. Ladislao Vadas decía que la base de esa amalgama llamada Fe religiosa surgió de una emoción: El miedo (El Origen de las Creencias, 1994). ¿Habrá igualmente alguna emoción que alimente esa Fe que exige el presidente de Venezuela y que demuestran sus seguidores? Seguramente muchos compartirán conmigo que sí y que esta emoción es el resentimiento. Y son precisamente este resentimiento y esta Fe los que han propiciado este sectarismo o fanatismo con visos religiosos, en tanto que el presidente es visto por muchos de sus seguidores como el Mesías; percepción que él mismo intenta reforzar y legitimar cuando grita con pasión: “Yo soy el pueblo”

Anteriormente dejaba una pregunta abierta: ¿No deberían dispararse las alarmas de nuestra consciencias democráticas ante tales declaraciones? (“Exijo lealtad”, “Yo soy el Pueblo”). ¿Por qué una alarma? Pues bien en este caso la alarma representaría una “toma de consciencia”; el despertar en medio de una realidad inconveniente; el reconocimiento necesario de una extralimitación “innecesaria” cuya legitimación siempre estará en nuestras manos. Me parece que en democracia el poder debe asignarse a la institución y no a la persona que la representa. Revolución o no, Venezuela tiene una democracia. Si los ciudadanos perdemos objetividad, la democracia pierde solidez. Siempre me pregunto: ¿Luego de dotar al actual presidente de tanta discrecionalidad, cómo sus partidarios evitarán que un próximo presidente abuse de ésta? Creo que la respuesta es obvia: Para estos partidarios un escenario así, nunca llegará.

Links relacionados:


Texto sobre origen de la palabra Lealtad

http://www.worldlingo.com/ma/enwiki/en/Allegiance

Comentarios sobre el resentimiento

http://www.magazinedigital.com/salud/psicologia/reportaje/cnt_id/987

domingo, 9 de enero de 2011

Legitimación del Poder (Yo no soy Yo III)

Absolutistas y totalitaristas son dos de los calificativos dados a los regímenes impuestos en su momento por Luis XIV de Francia y Joseph Stalin, respectivamente. Absolutismo y totalitarismo estos caracterizados por una concentración y ejecución exacerbada de poder. A Luis XIV de Francia, también conocido como el Rey Sol, se le designaba la frase: “El estado soy yo”; mientras que a Joseph Stalin, dictador comunista y líder de la ex Unión Soviética, se le coronó con la frase: “La Sociedad soy yo”.


No es fortuito que estos dos importantes reveses a la historia democrática de épocas recientes fueran coronados con estas frases que hoy por hoy nos resultan paradigmas de tiranías. Sin profundizar entre las diferencias conceptuales de creerse “El Estado”, “La Sociedad” o “El Pueblo”, que me parece que las hay y son importantes, las frases en sí representan la culminación de la metamorfosis de la que surgieron estos regímenes que usurparon el poder de los individuos de sus respectivas sociedades.

El influyente filósofo del siglo XVIII, Jean-Jacques Rousseau, proponía la existencia de una suerte de individuo llamado El Pueblo que contaba con una voluntad propia a la cual denominó Voluntad General; ideas que posteriormente justificarían el forzamiento de la unanimidad, en cuyo nombre la Revolución Francesa decapitó a innumerables traidores de dicha “voluntad” y por asociación, de la revolución misma.


Estrujados como estamos con gobernantes poderosos que se creen estado, sociedad o pueblo y una revolución que mata en nombre de una abstracta “voluntad general”, volvemos líneas arriba a uno de los sujetos clave de la discusión: “La Legitimación del Poder”. El foco sobre este sujeto quizás ayude a hacer más clara la pretensión de un gobernante tras la frase: “Yo Soy el Pueblo”, pero lo más importante y aspecto definitorio del hecho democrático, este foco nos devuelve una responsabilidad que estructuralmente nos pertenece: legitimar o no el poder del gobierno.


Entonces, la intensión del gobernante se aclara: Soy el Pueblo razón por la cual la voluntad general me pertenece; sumo otro aderezo: Max Weber definía el poder como “la probabilidad de imponer la propia voluntad”. ¡Un momento!, si esta voluntad que se intenta imponer es La General, es decir la voluntad del pueblo, entonces el poder estaría perfectamente legitimado y por ende, sería absolutamente aceptable esta imposición; de tal manera que la usurpación de poderes no sería tal y muchos menos una tiranía; quedaría así este gobernante, auto-identificado como el pueblo, justificado por la historia y por el imaginario popular.


¿Podemos esperar de esta declaración una finalidad distinta a un intento de legitimación de poderes usurpados o retenidos por tiempo indefinido? ¿El desarrollo de un país amerita un identificación como esta? De nuevo ¿No deberían dispararse las alarmas de nuestra consciencias democráticas ante tal declaración?


Me falta una última parte para cerrar este tema... les aseguro que es la última.


Continuará...