jueves, 16 de diciembre de 2010

Yo no soy yo...

Elevado por el poder litúrgico que le otorgaba la euforia de una muchedumbre de sus partidarios y en medio del discurso de la oficialización de su precandidatura a unas elecciones presidenciales que lo aguardarían por casi tres años, el actual presidente de Venezuela se enajenaba diciendo: Exijo lealtad a mi liderazgo, porque yo no soy yo, yo soy el pueblo y el pueblo se respeta (Chavez, 23/01/10).
¿Qué mensajes y realidades se evidencian cuando la autoridad máxima de "Una Democracia" se permite la licencia de identificarse como “El Pueblo"?Por un lado, se constata la omisión ex profeso del principio de identidad (A es A). ¿Se puede acaso no ser quien se es? ¿Se vulnera con esto el principio social de confianza en el otro? lo que equivale a decir, ¿Cómo se confía en alguien que no se identifica como lo que percibimos que es?
Me temo que esta frase socava el proceso de identificación, con lo cual se compromete la asunción de responsabilidad y consecuencias individuales en actos cometidos por uno mismo.
Contrariamente, Yo sí soy yo, nombre de este blog, lo concibo como expresión de asunción inequívoca de responsabilidad sobre mis actos y sus respectivas consecuencias; de mi independencia y vínculos con el entorno. De una cara visible y tangible de mis compromisos y acuerdos. De mis hechos y conducta, absolutamente impregnados de mi personalidad. Expresión de que yo soy yo y no es posible la enajenación manipuladora que borre de un plumazo mis responsabilidades, limitaciones y experiencias.
El “por otro lado” de estas reflexiones lo dejo para la siguiente entrega.


4 comentarios:

  1. Me preocupa... Si la relación del presidente con sus seguidores es religiosa, entonces ¿cómo les demostramos que no lo está haciendo bien?

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  2. No se puede, a esa conclusión llegué hace un montón de tiempo.

    La única manera en que se "medio" dan cuenta de que su glorioso lider la está cagando es cuando los afecta a ellos directamente y aún así siempre le pueden echar la culpa a ese macabro, satánico y conspirador circulo que lo rodea.

    La relación es totalmente religiosa con visos de fanatismo.

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  3. No creo factible hacer una demostración.

    Eso implicaría manejarse a nivel de las ideas, y aquí lo que hay es manejo desde una serie de complejos ideoafectivos centrados en lo emocional, desde donde se vehiculizan, a su vez, complejos arquetipales históricos que nos marcan desde lo inconsciente colectivo (el Héroe y otros). Por eso es que se puede decir que la relación es devocional, con visos religiosos, como dice Juan.

    Y aquí también influye la actitud que se asume ante los polarizados psíquicamente. Una pequeña pista: ¿recuerdas la película de Merlín, con Sam Neils, y la actitud que él asume ante su contrincante al final? Es algo por el estilo...

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  4. Efectivamente, sus puntos son muy legítimos. La compresión de este fenómeno parece estar más en el plano del sectarismo o fanatismo religioso que en el objetivismo y racionalidad prevalecientes de la política; y ojo que digo "la política" y no "los políticos".
    Como lo digo antes, soy libertario; por lo tanto creo en la responsabilidad individual y ciudadana. Me parece que más que demostrar a quienes apoyan a estos regímenes, que sus entidades mesiánicas lo están haciendo mal, se debe elevar el nivel de consciencia de las personas; por eso hablo de alarmas en el siguiente artículo; porque tales alarmas representan un llamado a la consciencia ciudadana.
    Esto es en parte lo que quería comentar en el ultimo artículo de esta primera discusión.
    Abrazos

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