domingo, 23 de enero de 2011

Final de las primeras reflexiones (Yo no soy Yo IV)

Rescato de entre estos primeros artículos, la oración que escudriñaba: “Exijo lealtad a mi liderazgo, porque yo no soy yo, yo soy el pueblo y el pueblo se respeta” (Hugo Chavez, 23/01/10). Iniciaré esta última parte refiriéndome a la primera frase de esta oración: “Exijo lealtad a mi liderazgo...


“Exijo Lealtad” confirma sin reserva la concepción particular con la que el gobierno Venezolano concibe la relación entre el presidente y sus acólitos. La Lealtad está asociada en primera acepción con fidelidad y viceversa. Otras implicaciones como la obediencia del vasallo a su monarca; el compromiso en cualquier circunstancia por buena o mala que sea y el amor, también forman parte del círculo íntimo de la lealtad. Por supuesto, son los fieles quienes con su fe, proporcionan Lealtad o fidelidad. La conexión “exigida” entonces, no es el deseable “frágil vínculo” político entre ciudadanos y gobierno; sino la amalgama inquebrantable de la Fe; esa misma que está relacionada en primera acepción con las creencias religiosas, no con la política.


Se dice que el hombre es un ser sociable; mas en estado natural esta sociabilidad está limitadas a familias y tribus. Crear sociedades de miles y de millones ha requerido milenios del profundo ejercicio de racionalidad que dio origen a la Política la cual, por racional, “exige” un elevado nivel de objetividad. Entonces el vínculo entre ciudadanos y gobierno debería estar supeditado a la evaluación de resultados de la gestión. Es simple: “Si no cumples, te vas”.


Antes hice uso de la palabra “amalgama”, pues representa una unión de cosas diferentes; entonces la Fe religiosa resultaría una amalgama entre nuestra racionalidad y la irracionalidad que da vida a seres sobrenaturales. Ladislao Vadas decía que la base de esa amalgama llamada Fe religiosa surgió de una emoción: El miedo (El Origen de las Creencias, 1994). ¿Habrá igualmente alguna emoción que alimente esa Fe que exige el presidente de Venezuela y que demuestran sus seguidores? Seguramente muchos compartirán conmigo que sí y que esta emoción es el resentimiento. Y son precisamente este resentimiento y esta Fe los que han propiciado este sectarismo o fanatismo con visos religiosos, en tanto que el presidente es visto por muchos de sus seguidores como el Mesías; percepción que él mismo intenta reforzar y legitimar cuando grita con pasión: “Yo soy el pueblo”

Anteriormente dejaba una pregunta abierta: ¿No deberían dispararse las alarmas de nuestra consciencias democráticas ante tales declaraciones? (“Exijo lealtad”, “Yo soy el Pueblo”). ¿Por qué una alarma? Pues bien en este caso la alarma representaría una “toma de consciencia”; el despertar en medio de una realidad inconveniente; el reconocimiento necesario de una extralimitación “innecesaria” cuya legitimación siempre estará en nuestras manos. Me parece que en democracia el poder debe asignarse a la institución y no a la persona que la representa. Revolución o no, Venezuela tiene una democracia. Si los ciudadanos perdemos objetividad, la democracia pierde solidez. Siempre me pregunto: ¿Luego de dotar al actual presidente de tanta discrecionalidad, cómo sus partidarios evitarán que un próximo presidente abuse de ésta? Creo que la respuesta es obvia: Para estos partidarios un escenario así, nunca llegará.

Links relacionados:


Texto sobre origen de la palabra Lealtad

http://www.worldlingo.com/ma/enwiki/en/Allegiance

Comentarios sobre el resentimiento

http://www.magazinedigital.com/salud/psicologia/reportaje/cnt_id/987

1 comentario:

  1. El artículo que usas de base como referencia del resentimiento me parece interesante, y que a la vez mezcla algunas cosas.
    Desde la Psicología Arquetipal, López-Pedraza (2008) señala que "el resentimiento es producida por un evento que sucedió en un pasado y se ha hecho complejo autónomo en el cual la psique se ha fijado y lo señala como causa de todos los males. Uno siente entonces una parálisis psíquica a veces fuertemente psicótica." Pero también reconoce que hay casos de resentimiento en los cuales "...un episodio, muchas veces imaginario, sirve de gancho para una parálisis psíquica que caracteriza al resentimiento cuyo lema es: 'de no haber sido así, mi vida sería otra'."
    Además, el resentimiento no sólo es un fenómeno individual, sino que también aparece en lo social, lo étnico y en lo económico, dice López-Pedraza (2008), aspecto éste que está muy presente en nuestro inconsciente colectivo venezolano. Este fenómeno nuestro se aviene, a mi juicio, bien a la categoría de resentimiento imaginario, que en el artículo denominan resentimiento de clase.
    La complicación viene cuando lo mezclan con la envidia y la desesperanza, dos emociones que pueden estar coimplicadas, pero de las cuales no necesariamente deriva el resentimiento.

    A mi juicio, la respuesta a tu pregunta por la emoción que alimenta la identificación con el Presidente es como preguntar qué es lo que siente una persona o un colectivo por alguien en quien se proyecta la figura del héroe (López-Pedraza, 2002), de aquel que encarna a un poderoso salvador o, en este caso además, reivindicador. Esa emoción considero es la desesperanza (Montero, 1991) como sustrato más profundo, que luego es alimentada por el odio, el resentimiento y la envidia. Pienso también que la desesperanza está muy presente en nuestro colectivo desde las condiciones iniciales, fundacionales, de nuestra nación.

    La clara proyección que sobre el Presidente (o más exacto, sobre los distintos presidentes, porque es un fenómeno viejo que repetimos en cada una de las elecciones presidenciales) hacemos como colectivo tiene un fuerte tinte de "posesión", que hasta adquiere connotaciones psicóticas, fuertemente divorciadas de la realidad. Algo así como el denso y grueso vendaje psíquico que se pone en los ojos una persona enamorada, proyectando en el amado(a) la imagen que inconsciente la mueve y de la cual espera algo.

    Pero es peligroso mirar un sólo lado de la moneda: la desesperanza, el odio, el resentimiento y la envidia tienen su contracara, las posiciones complementarias que muchas veces las genera o las alimenta. ¿Cuál serían esas actitudes y emociones que desde la polaridad han contribuido a alimentar el inconsciente colectivo venezolano con esas emociones? ¿Siguen presente en la actualidad? ¿Con qué ropaje?

    Fuentes:
    López-Pedraza , R. (2008). Emociones: una lista. Caracas: Festina Lente.
    López-Pedraza, R. (2002). Sobre héroes y poetas. Caracas: Festina Lente.
    Montero, M. (1991). Ideología, alienación e identidad nacional. (3° ed). Caracas: EBUC.

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