domingo, 13 de febrero de 2011

Señales de Totalitarismo


Permítanme iniciar este texto expresando lo siguiente: La responsabilidad es la base de la libertad; responsabilidad de la cual se deriva el respecto y reconocimiento del otro. Es por eso que la pretensión de este blog no es atacar a las personas, sino debatir sobre sus ideas y opiniones. Con este espíritu como guía, acá van los siguientes comentarios:


El totalitarismo es un precepto relativamente contemporáneo; para Leibholz, en su libro Problema Fundamental de la Democracia Moderna (1958), es “el fenómeno político por excelencia del siglo XX”.

La idea proviene de la concepción de un “Estado Total”, en el cual el Estado y Lo Público se han propuesto aplastar y/0 ridiculizar lo privado e individual. Regímenes estandartes de esta idea son el nacional-socialismo de Hitler, El Comunismo de Stalin o el Fascismo de Mussolini.

En un ensayo sobre el poder totalitario (libro: Sobre el Poder, editado por Manuel Menéndez Alzamora, 2007), Ricardo Martín de la Guardia indica: “existe (...) unanimidad al considerar que el fenómeno totalitario está provisto de una ideología oficial definida por el Partido y por el líder, quienes asaltan las instancias del Estado hasta someterlas a su única voluntad”. En este mismo ensayo se menciona el trabajo de Leonardo Morlino quien caracteriza a los sistemas totalitarios de la siguiente manera; por favor presten atención a esta parte:

  1. Ausencia de pluralismo (...) caracterizado por el papel preeminente del partido único (...) estructura burocrática y jerárquica, articulada a través de una serie compleja de organizaciones que sirven para integrar, politizar, controlar, y empujar a la participación a toda la sociedad civil (...)
  2. Presencia de una ideología articulada y definida con precisión, destinada a la legitimación y al mantenimiento del régimen, y a dar contenido a las políticas de movilización y a las mismas políticas sustantivas;
  3. Presencia de una movilización alta y continua, sostenida por la ideología y por las organizaciones partidarias y sindicales, aunque estas últimas subordinadas al partido;
  4. Un pequeño grupo o un líder en la cúpula del partido único;
  5. Límites no previsibles al poder del líder y a la amenaza de sanciones.

Contemplamos así el coctel Totalitario: Líder carismático con mucho poder, Ideología política o utopía y Movilización.

Sería un atentado democrático aglutinar, en este caso, las frases “cualquier parecido con la realidad” y “es pura coincidencia”; en tanto que representaría una legitimación por inacción. Sugeriría en todo caso la oración: cualquier parecido con la realidad, activar alarma y conciencia.

En democracia contamos con una herramienta poderosa: Capacidad de Legitimar; para ello, cuando las señales se asoman, hay que prestar atención.

Fernando Savater en su libro Política para Amador (1997) sintetiza con simpatía uno de los aspectos de este drama; dice: “Suele llamarse utopía a un orden político en el que predominaría al máximo alguno de nuestros ideales (Justicia, Igualdad, libertad (...)) pero sin (...) contrapartida dañina. Como proyecto (la utopia) es una tontería (...). En cuanto a imposición es todavía peor, como han demostrado en este siglo los totalitarismos (siempre con pretensiones utopistas): es el sueño de unos pocos que llega a convertirse en pesadilla para todos los demás”.


Enlances:

Leonardo Morlino. Las Alternativas no democráticas.

http://www.revistapostdata.com.ar/files/pd_pdf_10006.pdf

Sobre Leonardo Morlino

http://legacy.ipsa.org/site/content/view/177/95/lang,fr/

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