Cuando se revisan las estadísticas de inflación en el mundo, se nota algo interesante: En 1989, de los 132 países con registros de inflación en el Banco Mundial, 53 (o sea un 40%) tenían inflación superior al 10%; más aún, 21, estaban sobre el 25% y con ejemplos bochornosos como los tres punteros: Perú (3399%), Argentina (3080%) y Brasil (1431%). Es difícil concebir lo que representa una inflación del 3400%, lo pongo así: un Kilo de queso fresco en Venezuela cuesta hoy Bs50; el salario mínimo es casi Bs1600; una inflación del 3400% supondría que el mismo kilo de queso a finales de año costaría Bs1700, es decir, una persona con un salario mínimo ¡No podría comprar un kilo de queso, por Dios¡
En las mismas estadísticas, para el año 2009, de 171 países con registros, tan sólo 21 (esto es 12%) tuvieron una inflación superior al 10%; con tan sólo 2 países por encima de 20%; y sí, adivinaron, Venezuela entre estos 2.
¿Alguien todavía podría dudar que se ha ganado la batalla contra la inflación en el planeta y que ese “loco suelto” del que hablaría el periodista Wladimir Vigellas en su programa de radio del 11/08/11, en efecto, está acorralado? Pero los gobiernos Venezolanos han intentando maniatar al loco de espaldas a las prácticas que han resultado efectivas para el resto del planeta. Hablo de "gobiernos" pluralmente porque tales prácticas tienen décadas en ejecución y sus fracasos son justificados con excusas necias que no se corresponden con lo que el mundo entendió años atrás.
Les presento entonces la primera de estas infames excusas:
La especulación. ¡Ah claro entiendo! La tercerización de la culpa. Esta es la excusa más popular y diseminada en el país; la más refulgente y cegadora. Personalmente conozco a mucha gente inteligente que considera esta excusa como "hecho de facto" y así acompañan al gobierno en su cruzada contra el "flagelo"; muy efectiva ha resultado la maquinaria propagandística de los gobiernos en este particular, lo cual les ha permitido hacerse con el poder necesario para controlar los precios; recientemente hemos alcanzado el clímax con la "Ley de Costos y Precios Justos"
Es oportuno entonces invitar a mi buen amigo introducido en el artículo anterior: el gráfico de inflación en 5 países Latino-americanos (click para ampliar).
Puntos a resaltar: Brasil pasa de 67% a 7% en dos años, con un repunte en 2003, primer año de Lula en la presidencia; ¿Casualidad? Ecuador, con inflación galopante a finales de los 90’s, llega al 100% en 2000 para luego caer a 10% en tan sólo 2 años. México, con 33% en el 95, cae por debajo de los 10 puntos porcentuales para el 2000 y no ha superar este límite desde entonces.
Pues bien, espero que coincidamos en que la materia prima de toda especulación es, sin duda, el especulador; el infame apátrida. Entonces cabría preguntarse, ¿qué hicieron estos países y el resto de los países del planeta con sus especuladores? ¿Maniatados y arrojados al mar? ¿Fusilados, mutilados y encendidos en llama? me parece que nada de esto ocurrió. Pues bien, sino fueron aniquilados, entonces no me quedan más dudas al respecto, por deducción al absurdo, ya sabemos a dónde llegaron estos sinvergüenzas... En cuyo caso, el problema de la inflación de Venezuela no debería ser resuelto por el gabinete económico, sino por la SAIME (Servicio Adiministrativo de Identificación, Migración y Extranjería) ¿No les parece?
Jajajaja...
ResponderEliminarSi, me parece, los especuladores del mundo se mudaron a nuestro país, pero siguiendo la deducción al absurdo... entonces, ¿por qué no tenemos una cantidad significativa de personas de múltiples nacionalidades, es decir, de muchas más de las nacionalidades que tenemos en la actualidad?
Como que con lógica sencilla se le cayó el argumento al gobierno.